En anteriores artículos en nuestro Blog, hemos hablado de algunas de las técnicas más interesantes de masturbación masculina para darle un toque creativo y estimulante a la autosatisfacción sexual.
Pero no solo podemos, ni debemos, probar cosas nuevas cuando estemos solos. Avivar el deseo sexual en una relación de pareja puede ser tan difícil como encender un fuego con palos y yesca seca. Es fundamental innovar en el sexo si queremos mantener la chispa de la excitación propia de los primeros momentos de una relación.
La masturbación masculina en las parejas gays es tan importante como el sexo oral o la penetración anal. Y si no todas las felaciones son iguales ni siempre realizamos las mismas posturas para hacer el amor, también hay que ser más originales cuando nos toquemos mutuamente.
Os proponemos algunas técnicas que no por sabidas son practicadas.
La paja de la vendimia
La paja de la vendimia es la conocida masturbación con los pies. El mejor momento para practicarla es cuando estamos echados en el salón, cada uno con la cabeza apoyada en uno de los brazos del sofá. Una postura ideal para comenzar a estimular los genitales de vuestro chico con la planta del pie. Según aumenta el grado de excitación, podemos jugar ya con los dos pies y el placer será máximo. Si en la vendimia se terminaba pisando la uva para obtener delicioso vino, el orgasmo de vuestra pareja y ver su cara de satisfacción será la mejor recompensa de todas.
La paja ganadora
Ir al compás el uno del otro. Ese es el secreto para que toda relación sexual sea un auténtico éxito. Y masturbarse simultáneamente es una buena manera de conseguirlo. Como si de una partida de videojuegos se tratase, la paja ganadora consiste en masturbarse de pie o sentados uno en frente del otro. En lugar de coger los mandos de la consola, cada uno agarra el pene del otro y empieza la partida. Es fundamental saber interpretar los gestos de la cara y la expresión de los ojos de nuestro compañero de juego. Así sabremos el ritmo y la potencia que tenemos que imprimir en cada momento.
Con esta técnica se consigue simultanear los movimientos y los dos querrán ser los primeros en ganar el orgasmo del otro. Aunque como en todos los juegos, lo importante no es ganar, sino participar.
Consejo: Esta técnica se hace tremendamente más excitante si además añades un masturbador masculino. Sus texturas y el morbo de parecer estar penetrando otro ano puede ser realmente excitante si lo compartes con tu pareja.
La paja mamporrera
Si mirarse a los ojos es tremendamente excitante mientras tenemos sexo, también hacerlo por detrás puede ser igual de satisfactorio. Uno de los miembros de la pareja abraza al otro por la espalda. Mientras besa su cuello y con una mano toca su cuerpo, con la otra comienza a masturbarle. En esta posición, el que realiza la masturbación también obtendrá placer al frotar su miembro en erección con el culo de su pareja, mientras que el que la recibe también está sintiendo la presión de su amante. Pero se la llama paja mamporrera porque la posición desde la que se realiza la masturbación recuerda al oficio de mamporrero (hombre que dirige el miembro del caballo en el acto de la generación).
La paja espumosa
Dormir juntos o ver películas abrazados en el sofá son los pequeños alicientes que no deben faltar en toda relación de pareja. Pero sin duda, uno de los mejores, es ducharse juntos. Dos hombres en la ducha frotándose el cuerpo con jabón mientras el agua caliente llena de vapor el baño… Una ocasión inmejorable para tener sexo. Y si es importante limpiarse bien detrás de las orejas, también lo es la higiene de las partes más íntimas, ¿verdad?
La paja espumosa es la que aprovecha el jabón a modo de lubricante durante la masturbación. La sensación del agua y la espuma con el roce de la mano de nuestra pareja es muy placentera. Sobre todo en la zona del glande, porque al estar humedecido, se puede jugar más con esta zona del pene de gran sensibilidad para los hombres.