Pegging: la práctica sexual que más hombres heterosexuales se atreven a experimentar
Existe un mito que asegura que el sexo anal es una práctica que se da de forma exclusiva entre los homosexuales pero es falso. Muchas parejas heterosexuales disfrutan con la penetración anal e incluso en algunos casos, es la mujer quien juega el papel dominante. A esta variante en la que la mujer se vale de un strap-on o consolador con correa se le conoce como Pegging (el término se debe al periodista Dan Savage quien realizó una encuesta para elegirlo en su famosa columna Savage Love).
Con un arnés con consolador o simplemente con los dedos, las mujeres cisgéneros y heterosexuales podrán cambiar el rol tradicional que antes había tenido en la intimidad, para ahora ser quienes le practiquen el sexo anal a sus parejas.
Cada vez son más los estudios que concluyen que los orgasmos masculinos producidos a través del pegging son más intensos que los que sienten cuando mantienen relaciones sexuales vaginales.
Las razones detrás de la decisión de practicar el pegging pueden ser muchas e ir desde los juegos de roles hasta las meramente físicas. La penetración anal puede resultar muy placentera para muchos hombres, ya que además de ser una zona con muchas terminaciones nerviosas es donde se localiza la próstata (zona que al estimularla puede ser muy placentera. Hay hombres que aseguran que ha cambiado su perspectiva sobre la sexualidad después de haber practicado el pegging ya que les da la oportunidad de experimentar la sexualidad al interior de su cuerpo y no solo en la parte externa como regularmente sucede.
¿Cómo practicar el pegging por primera vez?
Para practicar el pegging, en primer lugar, es necesario que tengas una comunicación fluida y directa con tu pareja, pues no a todos los hombres heterosexuales les agrada la idea de ser sometidos y penetrados. Para ello, es importante el consentimiento entre ambas partes.
1. Encontrar el juguete sexual correcto
Para la primera vez es recomendable elegir un juguete sexual delgado y curvado que ayude con mayor facilidad a alcanzar la próstata. Recuerda que puede ser un dildo, un vibrador, un arnés sexual, tus dedos u otro objeto perfectamente lavado y lubricado.
2. La lubricación es esencial
En el caso de que el juguete erótico sea de silicona es mejor usar un lubricante de base acuosa, puesto que el ano no tiene lubricación propia y es muy absorbente.
Lo recomendable es que quien penetre vaya despacio y con tranquilidad.
3. Sin relajación es imposible empezar
Las mujeres pueden ayudar a su pareja a relajarse a través de las palabras, caricias o los besos; mientras que ellos deben aprender a respirar, al tanto que son penetrados o estimulados y deben advertirle a su pareja si la incomodidad o el dolor llega a ser demasiado.
4. Posturas para el pegging
En este punto, depende de cada uno la postura que le parezca más excitante para el pegging. Entre las clásicas están el de ‘perrito’, pose ideal para iniciar en esta práctica sexual, y que te permitirá controlar el grado de penetración y tener el poder absoluto.
El pegging no es una práctica que debes practicar si no te sientes cómodo con ella, no te dejes presionar nunca por algo que no quieres hacer.
Mí mujer me penetra de vez en cuando y es delicioso. Me encanta cuando me hace el beso negro y cuando mete su vibrador en mi trasero
A mi no mujer no quiere practicarlo, el pegging, pero a mi me fuisteis provarlo con ella. Ella me ha regando una herida para el pene y dice que poco a poco iremos provando cosas nuevas, a mi me da miedo lo de ponerme la jaula y que ella tenga la llave
Mi mujer me penetra con un strapon y los dos disfrutábamos mucho. El sexo anal no es indicativo de alguna tendencia sexual.