Hablaremos de algo que se ha puesto bastante de moda de un tiempo a esta parte: los masturbadores masculinos (concretamente para el pene, por no confundirnos). Yo te tengo que decir que he probado personalmente unos cuantos… pero la cuestión es: ¿realmente vale la pena comprarse un masturbador masculino? ¿Qué tipos hay? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene cada uno? ¿Hacerse pajas con estilo es tan divertido como parece?
Pues lo primero que podríamos hacer es hablar un poco de qué es exactamente un masturbador masculino. Viene a ser un trastito con el interior (por lo menos) blandito y con entrantes y salientes (que dan gustito al frotarse), normalmente hecho de siliconas o gelatinas, y que sirve para hacerse pajotes. Entre eso y las imágenes que acompañan la entrada creo que no hay mucho lugar a dudas. Sin embargo, hay que decir que hay varios tipos de masturbadores para el pene que en la práctica pueden ser bastante diferentes. Por ponerles algún nombre diremos masturbadores de tubo duro, masturbadores de tubo blando y huevos pajilleros:
El masturbador con exterior duro podría ser el más conocido (por porno y demás). Se les suele llamar Fleshlighto en su versión para hombres Gays Fleshjack. Consiste en un exterior duro y un tubo blandito por dentro. El exterior duro puede tener muchas formas más o menos discretas: lata de cerveza… y lo mismo con la entrada: un chochete, una boca, un culo… o símplemente algo que parece un dónut.
¿Ventajas?
Pues sobretodo que al ser duro lo puedes acoplar entre un par de almohadas o algo así y dar rienda suelta a tus movimientos de cadera metiendo y sacando de forma bastante convincente. Por otro lado, también que suele haber un agujerito en el lateral que si lo tapas con el dedo hace vacío y puedes controlar la presión (efecto garganta profunda)
¿Inconvenientes?
Pues que si no te pones condón o no haces la marcha atrás por lo menos, el interior se queda bastante asquerosito una vez acabas… y desmontarlo, darle la vuelta, limpiarlo, secarlo bien, ponerle un poquito de talco para conservarlo como toca y volverlo a montar… con lo a gustito que te quedas después de usarlo… pues puede resultar un poco martirio. Aquí ya será cuestión de curiosidades, ganas y/o cansancios que nos entren a cada uno después de acabar. Una gran experiencia es, eso sí.
El masturbador de tubo blando viene a ser como el anterior pero sin la carcasa de fuera. Puedes pensar “pues me compro el otro en todo caso y lo desmonto para ver los efectos de los dos”. Mira que eres listo. Pues bueno, en principio sí, pero lo cierto es que los otros tubos, si les quitas lo de fuera, suelen ser largos, pesados y un tanto incómodos para moverlos según cómo de rápido. Por lo general, los masturbadores que están pensados para ser blandos directamente son bastante más cómodos para usarlos tal cual así…
¿Ventajas?
Pues sobretodo destacaría que, al no tener una carcasa dura por fuera, puedes controlar la presión con que te masturbas (que según los gustos personales de cada uno puede ser bastante importante). También que, como son menos cosas, a la hora de limpiarlo es un poco más cómodo que los duros. Sigue siendo un poco rollo de mantener también, pero al menos son menos piezas. Como ventaja adicional diría que en pareja gay puede ser bastante entretenido si cada uno mete lo suyo por un lado y os frotáis juntos.
¿Inconvenientes?
Pues sobretodo se me ocurren dos: que al no tener la parte dura, de lo de meterlo entre dos cojines te puedes olvidar (porque se puede salir el lubricante o el semen por el otro lado y puede ser un empastre) y también que cuando toca guardarlo, a menos que venga con algún tipo de funda o cajita, es menos discreto, desde luego.
Lo de los huevos pajilleros yo creo que ha triunfado bastante porque al ser más pequeños y baratos, pueden resultar bastante útiles si lo que queremos es probar a ver qué es eso de los masturbadores masculinos sin dejarnos una pasta. En este caso, en lugar de ser un cilindro, tiene la forma como de mini-condón gordote. Por dentro también tiene entrantes y salientes varios para dar gustito y son muy-muy flexibles. Eso sí, ni se te ocurra usarlo como condón porque no aprieta nada y se puede quedar dentro, salirse todo… vamos, que para follar, un condón de toda la vida y se acabó. Esto es para jugar.
¿Ventajas?
Pues personalmente diría que tiene un montón. Al ser más pequeño y holgado es más fácil darle la vuelta y limpiarlo, que puedes controlar la presión como quieras,que suele acompañarle una cajita también en forma de huevo para guardarlo discretamente, que suelen ser bastante más baratos que cualquiera de los otros… y, como pasaba con lo anterior,por poder, puedes usarlo en pareja para merterla con alguien y hacer una pajilla dos por uno. Ya te digo que es muy-muy flexible aunque parezca bastante pequeño.
¿Inconvenientes?
Pues el principal creo yo que es que, según las instucciones, es para un solo uso y después hay que tirarlo a la basura. Yo, sinceramente esto lo veo un poco absurdo, porque si como te digo se puede dar la vuelta y limpiar perfectamente y no deja de ser un material plástico y no absorvente, creo que unos cuantos meneos más se le podrían dar. Ahí ya sería cuestión de lotiquismiquis que seas tú con estos temas. Si decides tirarlo después de usarlo una vez, aunque sea más barato que los otros, acaba resultando una paja muy cara. Pero cada cual…
Información adicional
Antes de acabar estaría bien comentar un par de cosas. Por un lado, que yo creo que se entiende que para usar cualquiera de estos trastitos resulta bastante necesario poner un poco de lubricante. Sobre qué lubricante comprar, lo cierto es que antes o después haremos una entrada especial sobre el tema, pero mientras, seguro que si preguntas en nuestro sex-shop gay de confianza puedan aconsejarte tambien bien. Otra cosa es que, así como te contaba que los huevos suelen ser de usar y tirar, fíjate si te compras uno de los otros porque también los hay de un solo uso. En estos casos suele ser porque una vez acabes no se pueden abrir para limpiaros, lo cual entiendo perfectamente, porque es una guarrería bastante grande dejar eso ahí indefinidamente.
Y, bueno, está claro que con tus manitas o una esponja suavecita mientras te duchas o directamente refregándote contra el colchón también puedes apañarte para darte placer (como se ha hecho toda la vida), pero si te pica la curiosidad yo te digo que resulta bastante interesante. Claro, ni es sustituto del sexo de verdad, ni te va a cambiar la vida ni quizás sea para usarlo a diario, pero de vez en cuando puede estar bien probar cosas nuevas… sobretodo si dan gustito ¿no?
Y tú, ¿has probado alguna vez un masturbador masculino? ¿Qué te pareció? ¿Te gustaría probar uno alguna vez?
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