Cada vez son más las veces que escuchamos hablar de chicos heteros y el sexo gay, hombres que mantienen sexo con otros hombres, ya sean gays o heteros. De hecho, la heteroflexibilidad, que es como se define a esta practica, se está poniendo muy de moda.
Los heteroflexibles se definen como heterosexuales y, en cierta forma, lo son. Los encuentros esporádicos que buscan son totalmente libres y sin compromisos emocionales. No son bisexuales. No se enamoran de sus parejas, no ventilan sus preferencias ni desean a los dos sexos por igual.
Para nosotros los gays, los heteroflexibles son los amantes perfectos. Y es que, como se brindan esporádicamente, en secreto y con tanta curiosidad, lo dan todo. Se dejan, disfrutan y quieren más.
El heteroflexible disfruta de esta práctica y lo hace por diversión, para salir de su rutina marital, para aprender, por curiosidad y tantos otros motivos personales. De hecho, cada vez son más los terminos que aparecen relacionados con esta practica. Así podemos encontrar a los Brojob, que surge de la combinación entre las palabras ‘brother’ (hermano/colega) y ‘blowjob’ (sexo oral), estos hombres pueden tener relaciones sexuales con otros hombres pero que se declaran heterosexuales porque verdaderamente lo son. Estos incluyen el sexo oral, penetración con los dedos, la masturbación mutua, en fin todo lo que puede dar unos minutos de placer. El beso es estrictamente prohibido, ya que entre las partes involucradas en un “Bro job” no crean relaciones. Todo lo que no está destinado a la adquisición de un orgasmo.
Se está normalizando tanto este tipo de prácticas que incluso ha surgido una nueva app en la que hombres heteros chatean, se hacen colegan y construyen relaciones sin el miedo de que sus sexualidades los etiqueten. Se llama BRO y es el primer ejemplo de un servicio tecnológico para los hombres que se definen como heterosexuales pero practican sexo con hombres.
Este nuevo “concepto” de hombre heterosexual abierto a todo se ha trasladado también, y con mucho potencial, al mundo del porno gay. Este nuevo mercado es el de los videos porno en los cuales hombres supuestamente heterosexuales actúan para el público gay. Estos sitios web no se avergüenzan de usar las imágenes de los típicos chicos hetero de barrio en las publicidades de sus páginas y sus videos.
Uno de los sitios web más importantes de porno gay, Corbin Fisher, promociona “sexo amateur entre bellos jovenes universitarios”. El sitio aclara que la mayoría de los modelos son “chicos hetero mostrando sus mejores atributos y pagando sus estudios gracias al sexo universitario”.
En esta vertiente, el director Daniel Laurin ha presentado en el reciente festival DOC NOW de Toronto su último trabajo, ‘Straight Guys’. En él, explora el mundo del porno gay y los heterosexuales que trabajan en él. En ‘Straight Guys’ se habla con varios actores heterosexuales que hacen porno gay, y por supuesto, se incluyen imágenes muy subiditas de tono.
Aquí en nuestro pais tenemos un claro representante de este tipo de practicas. Antonio Aguilera es malagueño, heterosexual, tiene 30 años y es actor porno, en general. “Hago hetero, gay y trans“, afirma. Debutó en el cine para adultos hace poco más de cinco años y en 2013 empezó a compaginarlo con sesiones de porno homosexual. Explica que ha “grabado con las mejores: Virtual Porno, Brazzer, Falcon,Men.com, Men and play“, porque ya sean churras o merinas, para él es trabajo y ante todo es actor. Un actor que gana mucha, mucha pasta.
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