Mucho antes de la existencia del internet y de las aplicaciones “de ligue” en los móviles y ordenadores, incluso antes de que los bares, clubes de encuentro y saunas fueran “tolerados” en las sociedades occidentales, existió una peculiar forma de “ligar” entre la comunidad gay: el famoso “Código de pañuelos” (Handkerchief o Hanky Code en inglés).
Esta curiosa costumbre se originó en los Estados Unidos entre los vaqueros gay del Viejo Oeste en el siglo XIX. Específicamente se popularizó en San Francisco donde, después de la llamada “Fiebre del Oro” (1848-1855), hubo una “carencia” de mujeres en la ciudad. Los hombres se veían “obligados” a bailar entre sí el Square dance. No es de extrañarse que, con este pretexto, muchos sacaran a la luz sus verdades tendencias.
El código en cuestión funciona al colocarse pañuelos de distintos colores (según la práctica sexual preferida) en la parte trasera del pantalón (originalmente pantalón vaquero). La práctica alcanzó su cenit de popularidad en los años 70’s del siglo XX, a partir de que a un reportero de un semanario gay se le ocurrió comentar que sería más fácil anunciar sus preferencias homosexuales con un pañuelo en lugar de andar averiguando “hablando en clave”.
Este es el famoso código original:
Si el pañuelo se coloca en el lado izquierdo, quiere decir que el que lo porta adopta el rol activo, mientras que el que lo porta en el lado derecho, asume el rol pasivo. Obviamente, con el paso del tiempo, otros colores se fueron agregando a la lista para ser más específicos a la hora de marcar una preferencia. La lista de colores terminó multiplicándose gracias a la tan variada gama de prácticas sexuales del ser humano.
La práctica alcanzó una enorme popularidad hasta principios de los años 1990’s en las zonas y puntos de reunión gay en las principales ciudades de los Estados Unidos (como San Francisco, Chicago o Nueva York). Con el paso del tiempo y gracias a una mayor apertura y tolerancia hacia los puntos de reunión para la comunidad gay, esta práctica ha ido desapareciendo. Como ya se mencionó antes, la llegada de las nuevas tecnologías permitió que los encuentros sexuales homoeróticos encontraran otros medios para concretarse. Aún así, el código de pañuelos se sigue utilizando en pequeños círculos, principalmente en establecimientos de la llamada subcultura leather.
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